Por
mucho que esto pueda parecer ser una mier#&$% total a la multitud de
personas que no creen en fantasmas, lo único que puedo hacer es volver a
contar lo que he experimentado.
Debido a las renovaciones en curso en nuestra casa, mi mamá me obligó a mí
y a mis hermanos menores a acompañarla en su viaje de compras.
Los tres sin embargo no estabamos dispuestos a pasar el
viernes con nuestra madre cazando un nuevo par de zapatos, así que
rogamos que nos dejara en la casa de nuestros abuelos. Ese día fue la primera vez
que dejé mi teléfono en casa y la ironía de ese error es algo que me
hace temblar cada vez que pienso en ello.
Así que estábamos de pie frente a la puerta, sonando la campana esperando que nuestro abuelo la abriera. Nuestro error más grande es no haber comprobado si mis abuelos estaban en casa.
Después de diez minutos de tocar la campana, escuché a mi hermano menor gritar "abuelo abre!" Miré hacia arriba para ver a nuestro abuelo de pie con su espalda hacia la ventana abierta en su habitación en el segundo piso. Tratamos de llamar su atención, pero no se movió ni un centímetro.
Eso debería haber sido una advertencia para mí, ya que mi abuelo no tiene ningún problema en escuchar claramente. Después de 20 minutos de pie en el sol llevé a mis hermanos a la casa de mi vecino de abuelos, con la esperanza de poder usar el teléfono de la casa y conseguir mamá para recogernos.
Llamé la campana y la señora Stone respondió, saludándonos con el común "hola" y "¿cómo estás?" Ella nos llevó a su sala de estar y nos preguntó por qué estábamos en su casa. Le conté todo sobre ir con mamá de compras y dejarnos con la abuela y cómo el abuelo no abrió la puerta, cuando una mirada confusa vino sobre su cara.
Le pregunté qué estaba mal y me dijo que mis abuelos no estaban en casa. De hecho, habían dejado las llaves de la casa con ella. Mi hermano y yo no podíamos entender lo que ella nos estaba diciendo, ¡porque acabábamos de ver abuelo en la ventana!
Pero siendo la persona supersticiosa que soy, le dije a mi hermano que deberíamos llamar a mamá. Después de todo, en cada película de terror, los actores cometen el mismo error y entran a la casa embrujada sólo para ser asesinados por una entidad.
Por lo general, mi paranoia era absolutamente estúpida, pero cuando le dijimos a mamá la historia, se alegró de no haber entrado en la casa. Aparentemente no éramos las primeras personas que veían al abuelo parado en la ventana con la casa vacía.
Desde entonces no he podido ir a casa de mi abuelo.
Anónimo.
