Por mucho que esto pueda parecer ser una mier#&$% total a la multitud de personas que no creen en fantasmas, lo único que puedo hacer es volver a contar lo que he experimentado.
 
Debido a las renovaciones en curso en nuestra casa, mi mamá me obligó a mí y a mis hermanos menores a acompañarla en su viaje de compras. Los tres sin embargo no estabamos dispuestos a pasar el viernes con nuestra madre cazando un nuevo par de zapatos, así que rogamos que nos dejara en la casa de nuestros abuelos. Ese día fue la primera vez que dejé mi teléfono en casa y la ironía de ese error es algo que me hace temblar cada vez que pienso en ello.

HISTORIAS DE TERROR VERDADERAS: 1