7 lugares a los que tienes que viaja antes de que sea tarde

Ayer fue un día trepidante. Me levanté a eso de las 6 de la mañana preparándome mentalmente para hacer tramites burocráticos: el temible pasaporte. Los requisitos en mi universidad para poder hacer practicas profesionales en el extranjero eran muy claros: algunos certificados, cartas recomendación y por supuesto el pasaporte. Como de costumbre la información se difundió dos semanas antes de la fecha limite, me apresuré a sacar una cita para adquirirlo. Marqué 30 o 40 veces a la linea telefónica (que es el único medio por el cual se pueden hacer citas) solo para enterarme que la cita mas próxima era en un mes.

Me dirigí al cónsul por medio de un correo electrónico donde le expresaba mis deseos de participar en el intercambio a otro país para realizar mis practicas y que necesitaba su apoyo para poder agilizar el tramite pues la fecha limite era en 2 días. En realidad no esperaba su respuesta pues pensé que no lo leería, pero al siguiente día me respondió diciéndome que me podía apoyar y que solo necesitaba una carta expedida por la universidad donde mostrara que en efecto ya necesitaba el documento.

A veces es no.